Se termina un año y en unas horas estaremos recibiendo al nuevo, al que culparemos de todo lo bueno y lo malo que nos suceda durante sus 365 días, pero que recibimos muy alegres, con la esperanza de que como por arte de magia las cosas se compongan, marchen mejor... Y cómo no!
Para algunos el año que se va ha sido un año de mierda, para otros, los menos, ha sido un año bueno, pese a la crisis y a la gripe y a cuantas cosas han sucedido en el.
En lo personal, pudiera quejarme si quisiera, pero no quiero. Creo que en este año han sucedido cosas que eran justo lo que necesitaba: un poco de dolor, un poco de alegría, buenas y malas cosas. No me quejo, lo viví y disfruté en la medida que me fue posible. Estuve con mi familia, los que se tuvieron que ir, pues ni modo, así son las cosas, pero no culpo al año ni mucho menos.
Será que no le tomo demasiado sabor a estas fechas, salvo porque es la ocasión de reunir a la familia y de estar más cerca, en comunión, con aquellos a los que casi no frecuentamos, y la alegría de los demás se contagia y termina siendo un excelente momento, uno de esos que por no tener pretexto en los siguientes 364 días no nos damos el gusto de disfrutar.
Yo le deseo a todos ustedes un Muy Feliz Inicio de Año. Se que ahora tienen las pilas suficientemente cargadas para formular sus propósitos, para crear sus metas, pues toda esa energía que nos llega de los nuestros, y de casi cualquier persona con la que tengamos contacto, se traduce en optimizmo, en esperanza, en buenos deseos, y es para mi motivo de desearles, con todo mi corazón, que el año que viene este lleno de dicha, paz y felicidad, que la salud esté presente ustedes y en los suyos, que su corazón mantenga encendida esa flama de esperanza, de buena voluntad, de amor, y que cada día de estos 365 que nos vienen disfruten más de lo que tienen que de lo que desean, que sus logros se traduzcan en dicha para si y para los suyos; que el amor sea una parte integral de todo cuanto hagan y que vivan cada día como si fuera la víspera de el siguiente año: lleno de buenos deseos, alegrías y esperanza.
Para algunos el año que se va ha sido un año de mierda, para otros, los menos, ha sido un año bueno, pese a la crisis y a la gripe y a cuantas cosas han sucedido en el.
En lo personal, pudiera quejarme si quisiera, pero no quiero. Creo que en este año han sucedido cosas que eran justo lo que necesitaba: un poco de dolor, un poco de alegría, buenas y malas cosas. No me quejo, lo viví y disfruté en la medida que me fue posible. Estuve con mi familia, los que se tuvieron que ir, pues ni modo, así son las cosas, pero no culpo al año ni mucho menos.
Será que no le tomo demasiado sabor a estas fechas, salvo porque es la ocasión de reunir a la familia y de estar más cerca, en comunión, con aquellos a los que casi no frecuentamos, y la alegría de los demás se contagia y termina siendo un excelente momento, uno de esos que por no tener pretexto en los siguientes 364 días no nos damos el gusto de disfrutar.
Yo le deseo a todos ustedes un Muy Feliz Inicio de Año. Se que ahora tienen las pilas suficientemente cargadas para formular sus propósitos, para crear sus metas, pues toda esa energía que nos llega de los nuestros, y de casi cualquier persona con la que tengamos contacto, se traduce en optimizmo, en esperanza, en buenos deseos, y es para mi motivo de desearles, con todo mi corazón, que el año que viene este lleno de dicha, paz y felicidad, que la salud esté presente ustedes y en los suyos, que su corazón mantenga encendida esa flama de esperanza, de buena voluntad, de amor, y que cada día de estos 365 que nos vienen disfruten más de lo que tienen que de lo que desean, que sus logros se traduzcan en dicha para si y para los suyos; que el amor sea una parte integral de todo cuanto hagan y que vivan cada día como si fuera la víspera de el siguiente año: lleno de buenos deseos, alegrías y esperanza.
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